Cuando era chica una de mis salidas favoritas era visitar los domingos a mi bisabuela, la abuela Blanca para todos, que vivìa en una casita modesta en el medio del campo en un pueblo llamado Elordi, muy cerca de Villegas donde vivìa yo. La abuela Blanca era una viejita pequeña y algo redonda con una larga cabellera cubierta de canas (cosa que rara vez podìa ver) ya que siempre la llevaba atada en un rodete perfecto. Criaba gallinas y algùn que otro chancho, tenìa una huerta pròdiga y cocinaba manjares de su tierra italiana con los que nos recibìa en cada paseo. Esos sabores que quedan en la memoria y que al recuperarlos nos llevan a ese lugar, a ese momento tan lejano en el tiempo. El sabor del pollo de campo, nunca màs lo volvì a encontrar. La pasta que amasaba, las tortas y estas galletas que son simplìsimas pero memorables y que traen el sabor de la infancia a mi boca.
Estas las preparò mi mamà el fin de semana para mimar a sus nietas y les transcribo la receta para que se den un paseo por la niñez conmigo, que tan bonito es...........
Ingredientes:
Huevos 2
Azùcar 1 taza
Aceite neutro 1 taza(un poquito menos està mejor)
Harina 0000 2 tazas
Fècula de maiz (Maizena) 1 taza.
Batir a blanco los huevos con el azùcar. Agregar el aceite y mezclar.
Incorporar harina y maizena tamizadas y formar una masa que se pueda estirar.
Trabajar con palote y cortar de la forma que deseen.
Colocar en una placa y llevar a horno suave cuidàndolas porque se cocinan muy ràpido
